Laureano Ortega Murillo controlará la inversión extranjera en Nicaragua

Laureano Ortega Murillo, hijo de los codictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo, será el nuevo encargado de aprobar, registrar y supervisar la inversión extranjera en Nicaragua. El nuevo poder se lo ha asignado Ortega en la iniciativa de Ley de Inversiones Extranjeras, que la Asamblea Nacional solo deberá aprobar sin objeción. 

Este movimiento refuerza el control familiar sobre las estructuras económicas del país. Laureano Ortega Murillo, quien ya ocupa un rol clave en el Estado, especialmente en las relaciones comerciales y diplomáticas, ahora tendrá la autoridad para decidir sobre las inversiones extranjeras que operan en el país y bajo qué condiciones.

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La Ley de Inversiones Extranjeras que solo firma Ortega, aun utilizando el título de presidente, centraliza aún más el control del régimen sobre la inversión externa. Bajo el nuevo marco, se crea la Comisión Nacional de Inversión Extranjera (CNIE), que será la máxima autoridad en la materia y estará dominada por figuras clave del régimen, con Laureano Ortega Murillo como coordinador principal, el presidente del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes; el Ministro de Fomento, Industria y Comercio, Jesús Bermúdez; y el Director Ejecutivo de la Comisión Nacional de Zonas Francas.

Esa Comisión tendrá entre sus funciones resolver las solicitudes de inversiones extratégicas, ejercer las funciones de gobernanza, y presentar para la aprobación de la Presidencia de la República mecanismos para la promoción, facilitación y fomento de la inversión extranjera, según la iniciativa.
 

Algunos puntos clave del cuerpo de ley en formación incluyen:

• Registro obligatorio de todas las inversiones extranjeras.
• Gestión centralizada a través del Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC).
• Regulación de derechos y obligaciones de los inversionistas.
• Derogación de normativas anteriores, eliminando la Ventanilla Única de Inversiones y la Ley No. 344 de Promoción de Inversiones Extranjeras.

En la práctica, este cambio fortalece la capacidad del régimen para seleccionar y supervisar qué inversiones pueden operar en el país. Fuentes consultadas, encuentran que esto facilitará establecer acuerdos con sus aliados estratégicos y así como cerrar espacios a empresas o capitales que no sean afines a los intereses de la dictadura.

El registro obligatorio a cargo del MIFIC

Uno de los cambios es la obligatoriedad del registro. Según lo establecido en el artículo 2 de la iniciativa el MIFIC será la instancia encargada de "facilitar" la implementación de un modelo de gestión que concentre y simplifique la tramitología del registro de inversiones y su formalización empresarial.

La Ley 334 contemplaba la voluntariedad del registro, no obstante el dictador argumenta que es necesario establecer un carácter obligatorio. De esta manera -asegura- se fortalecerá la promoción, el fomento y la facilitación del proceso de registro empresarial para ampliar la cobertura de la Ley de Inversiones Extranjeras, así como la formalización de inversiones y la cuantificación de las cifras económicas del país.

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Además, se busca mejorar la coordinación interinstitucional, generar información actualizada y pertinente para la promoción y seguimiento de la inversión extranjera, contribuyendo al crecimiento económico, la competitividad, la generación de empleo y el bienestar social y ambiental de Nicaragua.

En cuanto al establecimiento y seguimiento de las inversiones extranjeras, el MIFIC tendrá una gestión articulada con la Secretaría de Promoción de Inversiones y Exportaciones (SPIEX), el Banco Central de Nicaragua (BCN) y las respectivas autoridades rectoras sectoriales según el tipo de inversión. Esto permitirá un control total sobre todas las fases de la gestión de inversión extranjera en el país.

Laureano, el elegido

La designación de Laureano Ortega Murillo como autoridad de la nueva Comisión, afianza también la teoría de que es quien se encuentra en la primera línea de sucesión. Su ascenso en la estructura de mando de la dictadura comenzó a consolidarse en 2012, cuando, en contra de la ley, fue nombrado asesor presidencial para Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, encabezando ProNicaragua, la agencia gubernamental de promoción de inversiones.

Sin embargo, en octubre de 2022, el régimen cerró ProNicaragua y creó la Secretaría de Promoción de Inversiones y Exportaciones, en un aparente intento de evadir sanciones internacionales, manteniendo a Ortega Murillo al frente de la nueva entidad.

Ortega Murillo, además de asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, es representante especial del Gobierno de Nicaragua para suscribir los convenios con Bielorrusia, China, Irán y Rusia.

Antes de perfilarse en la política, Laureano Ortega Murillo se proyectaba como promotor de la música clásica, con él como tenor.